La compra y venta de productos de segunda mano ha vivido una evolución escalonada hacia lo más alto en los últimos años.
Aunque es cierto que una de las razones por las que no estaba tan generalizado este tipo de consumo y ahora es un hábito normalizado, es porque a día de hoy contamos con infinidad de medios por los que conseguir comprarlos.
Lo que puede decirse que comenzó por moda y tendencia a hacerse tanto con ropa como muebles y cualquier otra cosa de carácter vintage o retro, que es cierto que a día de hoy sigue vigente, ya no es el factor meramente imprescindible ni tampoco al que le dan el mayor valor los consumidores de productos de segunda mano.
La situación económica un poco a nivel general, es otro de los factores por los que mayormente se ha visto influido a la globalización de este mercado y ha sido clave en la popularización en base a la demanda. De hecho, para el 70% de las personas que compran productos de segunda mano, el factor más influyente y sobre todo más importante y a tener en cuenta, es el precio.
Actualmente contamos con miles de páginas web y plataformas online en forma de aplicaciones que han conseguido que se cree un movimiento tendencia que en principio maquilla una necesidad, en el que hasta un perfil no potencial pueda convertirse en uno.
El 81% de la generación Z (nacidos del 1994-2010) está realmente concienciada con el gran impacto medioambiental que conlleva el hábito de consumo normativo y tiene en cuenta que la compra de segunda mano es un consumo mucho más responsable y sostenible, siguiendo movimientos como el Zero Waste y desafiando los valores éticos de las empresas.
Frente a una generación movilizada, nos encontramos con solo un 40% de la generación de los Boomers (gente de entre 55-72 años) ha consumido alguna vez de esta manera, ya que no son valores o factores decisivos en su decisión de compra.
Y es que la mayoría de personas que comprenden edad entre los 18 a los 25 años han comprado o por lo contrario vendido, productos de segunda mano al menos 3 o 4 veces en el último año y también visitan plataformas de estos, al menos una vez por semana.
La tecnología y más específicamente, los dispositivos electrónicos, se han convertido en los productos más demandados por el consumidor, que sin querer renunciar a estos por el efecto de la crisis de la pandemia en la economía, busca las últimas tendencias tecnológicas a los precios más competitivos.