Durante la pandemia los clientes han vuelto a las grandes superfícies pero compartiendo la compra con el comercio de barrio, cuyo efecto se ha notado en el consumo de los productos frescos.
Los alimentos frescos son imprescindibles para llevar una dieta sana y equilibrada y representan entre el 30 y el 60% del gasto total en hogares y alimentación, dato que confirma la enorme relevancia que tienen estos productos para los comercios.
Es importante que los comercios ofrezcan una buena cantidad y variedad de productos para que el consumidor pueda realizar la compra de una vez. Otra exigencia básica de los consumidores es que tenga una buena calidad-precio, así como una agradable y personalizada, hecho que las diferencia de la compra on-line y de algunas grandes superficies.
Los hábitos varían mucho en función de la cultura y la población, sin embargo la mayoría de los consumidores quieren poder disponer de productos muy frescos, poder comprarlos deprisa y a precios accesibles.
Los españoles nos situaríamos entre uno de los países más consumidores de frutas y verduras. Según estudios recientes, solo el 2% dice no consumir fruta o verdura diariamente. Los franceses, ingleses e italianos son los europeos que declaran tomar más veces al día estos productos tan saludables.
Así, la mitad de los gastos de los españoles en alimentos, el 50%, se destina a productos frescos, por encima de la media europea de 46%. Además, a la hora de decantarnos por un establecimiento u otro, los españoles nos mantenemos fieles a las tradiciones y buscamos tiendas especializadas clásicas: las carnicerías, las pescaderías, las panaderías y las fruterías, y pedimos un trato cercano, un buen asesoramiento, y nos inclinamos por hacer la compra más habitual en nuestro barrio.