Es tiempo de vacaciones. De disfrutar del maravilloso verano. De dejar la rutina de lado y desconectar de los horarios. De preparar días de salida a muchos lugares y conocer nuevos paisajes y nuevas culturas, diferentes a nuestro entorno.
Os damos algunos consejos a la hora de viajar, para que la estancia sea inmejorable y podáis prevenir contrariedades y enfermedades propias del entorno del lugar de destino.
Preparar las VACUNAS: si viajamos a un destino exótico, existen centros de vacunación internacional donde nos asesoran sobre si debemos vacunarnos y el tipo de vacuna recomendada. Hacer una visita a nuestro médico para conocer el estado de nuestro calendario vacunal.
Recordar que hay enfermedades que se pueden transmitir por el agua y por los alimentos; por eso es tan importante COCINAR BIEN los alimentos y HERVIR EL AGUA si es necesario. Algunas bacterias, virus o parásitos endémicos nos pueden estropear las vacaciones con la diarrea del viajero, generalmente en países con alta incidencia de infecciones gastrointestinales ocasionadas por contaminación alimentaria (norovirus, salmonelosis, Escherichia coli enterotoxigénica, Staphylococcus, Campylobacter, giardia, etc.).
No dejar los alimentos a la intemperie, y, si lo llevamos con nosotros a temperatura ambiente, consumirlos antes de que pasen muchas horas. Respetar la CADENA FRÍO-CALOR.
Evitar alimentos CRUDOS como el pescado y marisco, por la posibilidad de contaminarse de Anisakis.
Preferiblemente, beber solamente agua embotellada, y evitar consumir bebidas sin tener la certeza de cuál es su procedencia sanitaria, como tés, zumos y refrescos —incluido el hielo—, que a veces se venden en puestos callejeros. Evitar asimismo lavarse los dientes con agua del grifo y beber de las fuentes del lugar. El agua no potable puede producir algunas enfermedades, como fiebre tifoidea, hepatitis A, diarrea del viajero, etc.
Lavar adecuadamente las frutas y las verduras que se consumen crudas y pelar las frutas nosotros mismos. Los productos lácteos de origen animal (leche y quesos) se deben cocinar y pasteurizar, puesto que pueden provocar brucelosis.
Lavarse las manos con frecuencia para evitar posibles infecciones y tener especial cuidado si se manipulan alimentos.

Cuando se viaja con niños, es importante tener un BOTIQUÍN BÁSICO con apósitos esterilizados, tiritas, esparadrapo para cubrir heridas y evitar infecciones, gasas y algodón hidrófilo que permita verter desinfectante en la piel, guantes esterilizados para curas, tijeras de punta roma y pinzas, antisépticos y desinfectantes tópicos como alcohol 96º, agua oxigenada para limpiar bien los rasguños y las heridas o alguna solución yodada desinfectante.
Si es posible llevar termómetro, será muy útil para poder referir un posible episodio de fiebre si se va al pediatra o al médico de cabecera.
Cremas solares de alta protección —la piel tiene memoria— para evitar quemaduras solares, sobre todo a temprana edad, y quemaduras, arrugas y envejecimiento prematuro por el sol en adultos. Aplicar el factor solar dependiendo del fototipo de piel, pero, sea como fuere, llevar siempre protección. Evitar perfumes y cosméticos en general por el riesgo de manchas solares.
Llevar repelentes de mosquitos y, si es necesario, prever una colocación de mosquitera.
Las personas que son alérgicas a las picadas de mosquito y a otros insectos deberían llevar algún antihistamínico, siempre bajo prescripción de su pediatra o médico, así como alguna crema que pueda calmar la picadura localmente.
No se recomienda el uso de repelentes con dietiltoluamida en niños menores de dos años. El pediatra nos aconsejará sobre qué tipo de repelentes debemos usar.
En algunas zonas de acampadas rurales y boscosas en países de riesgo, se aconseja llevar ropa y calzado adecuados (por ejemplo, pantalones largos) para prevenir la picadura de garrapatas.
Para hacer frente a posibles mareos en el desplazamiento, es recomendable, sobre todo en el caso de los más pequeños, llevar alguna pastilla, ampolla o goma de mascar.
Para exposiciones a altas temperaturas y a ambientes con mucha humedad, es recomendable rehidratarse aunque no se tenga sed —beber líquidos y agua— para mantener la temperatura y el nivel de hidratación del organismo.
Estos son algunos consejos para afrontar situaciones imprevisibles o contratiempos que pueden surgir durante el viaje. Ya se sabe que la mejor herramienta en SALUD es la PREVENCIÓN.
¡Buen viaje y felices vacaciones!
Dra. ESTHER ÁLVARO
LIC. EN MEDICINA Y CIRUGÍA. MEDICINA INTEGRATIVA.