Muchas son las veces que oigo a personas decir que no tienen ilusión. Que se sienten apagadas y sin ánimos. No es una cuestión que hay que tomarse a la ligera. La ilusión en la vida es algo muy importante, pero antes de hablar de ella, hablemos de la energía. Puede parecer una tontería, pero una mala alimentación o la falta de vitaminas en nuestro cuerpo nos puede llevar a la apatía. Por tanto, para hablar de energía personal deberíamos primero hablar de salud. Estar saludables nos da energía. Si te sientes apagado sin motivos aparentes, prueba a tomar unas vitaminas durante unos días. Si esto cambia tu actitud, puede ser una muestra de que algo faltaba en tu alimentación. Otra cuestión es si nos falta energía por falta de motivación, de ilusiones, de sueños. Nuestra actitud frente a la vida es muy importante. Tal vez te ayude a reflexionar esta plegaria conocida como La oración de la serenidad, cuya versión más conocida dice así:
“Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia.”
Si comprendemos esto, podemos tener otra visión de la vida que puede llevarnos a una nueva actitud. Lo dice muy claro. Tengamos la sabiduría para saber qué podemos cambiar y qué no. Luego, desarrollar serenidad para aquello que no podemos cambiar y fortaleza, “fuerza”, para cambiar aquello que seamos capaces de cambiar. Con esta actitud podrás hacer aparecer la energía en ti. Por pequeña que sea la llama que aparezca en ti, hazla crecer con pequeñas ilusiones, con pequeños sueños. Paso a paso esa fortaleza se irá instalando en ti. La fortaleza dará paso a la seguridad, y ya estás en el camino. Camina hacia donde quieras y vuela hacia tus ilusiones y sueños. Siempre tendrás nuevos caminos por recorrer.