Es verano, las altas temperaturas, el calor y la humedad hacen que descubramos descalzos nuestros pies y los liberemos de ataduras, aprisionados de la coraza del calzado durante el resto del año.
Es hora de cuidar nuestros pies, de darle la importancia que tienen.
Muy a menudo, llega a ser una zona de nuestro cuerpo que pasa totalmente desapercibida y que, frecuentemente, no mostramos ningún interés hasta que nos reclaman su atención.
Es una gran paradoja, que siendo nuestro sustento, el apoyo de nuestro cuerpo, el peso de nuestros pasos y el avance ante la vida pasen habitualmente desapercibidos. Sin embargo, ahí están, dándonos el equilibrio necesario para deambular el día a día, a veces, para caminar paso a paso con firmeza y otras veces “deslizarnos“ por el camino de la vida.
La desprotección de los pies durante el verano, hace que sean más vulnerables, al contacto con los factores ambientales: el calor, el sudor y la humedad, son grandes factores predisponentes para favorecer el desarrollo de infecciones fúngicas, el pie de atleta o familiarmente hongos, con predominancia en los espacios interdigitales de los pies y en el pliegue de la unión de los dedos con la planta del pie. Suele presentarse por la maceración de la humedad y el sudor del pie y muy habitualmente se adquiere en zonas de duchas, piscinas, en playas o al compartir toallas o calzado ya infectado por hongos.
El picor es el primer síntoma de la micosis, junto con el enrojecimiento, olor y dolor. Frecuentemente y junto al rascado puede llegar a agrietarse la piel, siendo especialmente doloroso. Su apariencia posterior es descamativa, propia de infecciones fúngicas. Las fisuras que se presenten han de mantenerse limpias y secas para que la micosis se detenga y no haya infección posterior bacteriana. La infección por hongos puede extenderse a uñas, es causante de la onicomicosis, las uñas se vuelven amarillas blanquecinas y pueden aparecer engrosamiento en la uña y posterior despegamiento de la uña.
La prevención es la higiene, fundamentalmente, en bañarse en zonas no estancadas, no intercambiar calzado y en secarse meticulosamente los pliegues de los dedos de los pies.
La fricción del fino calzado o bien, si andamos descalzos y el calor puede ocasionar recalentamiento del pie y grietas en los pies, se produce cuando el suelo está muy caliente, ocasionando en la piel un aspecto blanquecino que es una acumulación de células muertas o hiperqueratosis, principalmente en zonas expuestas de apoyo, planta del pie, borde lateral y talón.
La maceración y la humedad en los pies hacen ser más vulnerables a los papilomas plantares o verrugas plantares, causadas por el virus del papiloma humano (VPH), facilitando su entrada en la piel, a través de fisuras y grietas pueden penetrar y crecer hacia el interior, formando pequeños puntos negros , hacia dentro, que son pequeños vasos sanguíneos coagulados. Mantener la transpiración en los pies, ayudando con productos antitranspirables que haga evitar la hipersudoración del pie, secar los pies después de ducharse, evitar siempre cortar durezas y callosidades y procurar evitar caminar descalzos en lugares de duchas y baños públicos, son algunos consejos para conservar la salud de nuestros pies.
Las infecciones por hongos y las verrugas plantares son muy contagiosos y proliferan con calor y humedad a partir de los 30 grados.
Especial mención de cuidado en la diabetes, es esencial para prevenir posibles infecciones y complicaciones. Recordar la efectividad de los masajes en los pies, para ejercer una mayor circulación sanguínea que está más ralentizada, conservar los dedos de los pies limpios y secos procurando evitar cualquier herida o grieta, posible foco de entrada de infecciones.
Proteger de quemaduras solares en la piel de los pies, que suele ser la piel menos curtida del cuerpo y que al igual que el resto del cuerpo, cuidaremos con cremas de alta protección solar y evitando caminar sobre la arena con temperaturas elevadas.
La necesidad de llevar un calzado adecuado que pueda evitar posibles patologías como hallux valgus ( juanetes o desviación del primer dedo del pie, cuya deformación hace que monte encima del segundo dedo), dedos en garra, metatarsalgias ( pérdida de volumen de la zona que rodea los huesos metatarsianos y que al caminar el impacto contra esta zona produce gran dolor), fascitis plantar (inflamación de la fascia o aponeurosis plantar que une mecánicamente los dedos con el calcáneo)
Pero, de la fascitis plantar hablaré muy extensamente en otro artículo de la revista…!!
Os deseo un feliz verano con buen pie!!
Dra. ESTHER ALVARO
LICENCIADA EN MEDICINA Y CIRUGÍA .
MEDICINA INTEGRATIVA.