La palabra albóndiga proviene del vocablo árabe al-bunduqa, que significaba literalmente “la bola”.
Es un plato que ha llegado a extenderse tanto desde su invención que hoy en día se prepara en prácticamente todo el mundo, y de mil maneras diferentes. Y es por ello que hoy vengo a enseñaros mi versión supersencilla de albóndigas a la jardinera. Se trata de un plato preparado con ingredientes muy básicos que siempre tenemos por casa.
Ingredientes para dos personas como plato único:
750 g de albóndigas de cerdo
1 vaso de vino (200 ml)
Aceite de oliva
2 zanahorias
2 patatas
1 TBSPOON de tomate frito
100/150 g de champiñones
Guisantes (al gusto)
Caldo de pollo (500 ml, aprox.)
Haz esta receta en tan solo 4 pasos:
- Freímos las albóndigas hasta que queden bien morenitas.
- Al retirarlas, en el mismo aceite pochamos la cebolla junto con las 2 zanahorias.
- A los 6 minutos, regamos con la tacita de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol.
- Añadimos 2 patatas cortaditas a dados, 1 cucharadita de tomate, los champiñones, las albóndigas, un puñado de guisantes y caldo de pollo hasta cubrir. Ahora, salpimentamos, la sal al gusto. Lo dejamos hervir durante 30 minutos y añadimos harina para espesar la salsa. Dejamos hervir otros 5 minutos.
¡Así de fácil y así de rápido! Una receta que nuestras abuelas solían hacer cuando se reunía la familia para que todos disfrutaran mojando el pan en la salsa. ¿Te apuntas?